El Iyengar yoga pone énfasis en la perfecta alineación

El Iyengar yoga, llamado así porque su creador fue el maestro B.K.S. Iyengar (India, 1914-2018) es una modalidad de las muchas derivadas del Hatha yoga, que pone énfasis en la alineación, así que se caracteriza por la intensidad de la atención que debe ponerse al ejecutar los diversos asanas.

Las posturas deben realizarse en una secuencia específica, ya que ello influye también en los efectos que esta disciplina tiene sobre nuestro estado y nuestra salud. Se considera, por ejemplo, que las posturas de pie aportan energía, las invertidas son recuperadoras, las flexiones son relajantes y las extensiones son activadoras.

La permanencia en los asanas

Los asanas deben mantenerse por un determinado tiempo. Lo importante no es el movimiento sino la permanencia en la postura. Durante el tiempo de permanencia se trabajarán también los pranayamas. Se pondrá especial atención a los detalles técnicos de cada posición, y a la percepción que tengamos nosotros mismos de la correcta alineación que debe lograrse. Además los instructores de Iyengar yoga están preparados y dedican gran parte de su tiempo a corregir los asanas de cada uno de sus alumnos.

No se trata de un tiempo cronometrado el que deba permanecerse en cada postura. Se trata del tiempo necesario para que el practicante sea capaz de gestar la postura, lograr la alineación correcta, y madurarla para que puedan obtenerse todos los beneficios físicos, mentales y energéticos de cada asana.

Este tipo de práctica, que puede ser ejecutada por todo tipo de personas, da mucha importancia a la progresión de las posturas. Se toma en cuenta el nivel de los practicantes, y los detalles y dificultades se van introduciendo progresivamente, para que puedan ser asimiladas y no haya riesgo de lesiones.

Uso de elementos y soportes

Para trabajar la correcta alineación y potenciar el alcance de algunas posturas, el Iyengar yoga ha introducido el uso de algunos elementos o soportes tales como: sillas, cojines, bloques o ladrillos de madera o goma, cinturones o cintas. Estos aparatos, diseñados por el maestro Iyengar para esta práctica, tienen la finalidad de llevar al practicante a la postura ideal que se está buscando. Entre otros soportes tenemos:

  • -bloques, son de gran ayuda cuando hay falta de flexibilidad o fuerza. Sus usos son variados, pero en general colaboran a acortar la distancia entre el cuerpo y el suelo en las posturas de pie. Se usan también como extensión del brazo si la mano no llega al suelo. También se usan como apoyo de la cabeza, el pecho, las manos u otras partes del cuerpo, según las posturas que estemos realizando.
  • -cojín de yoga, ayuda a mantener la espalda erguida cuando nos sentamos en postura de meditación. Eleva las caderas y permite que las rodillas caigan al suelo, la pelvis quede correctamente colocada y la espalda se alinee naturalmente.
  • -silla plegable, sirve como apoyo a la espalada en flexiones hacia atrás o posiciones invertidas y también se usa para dar altura en algunas posiciones de las piernas y los pies.
  • -bandas elásticas, se emplean para maximizar los estiramientos e incrementar la flexibilidad.
  • -correas de yoga, son muy útiles para ayudarnos en los estiramientos en los que debemos llegar hasta las extremidades, y para que logremos mantenernos en una determinada posición durante más tiempo.
  • -ruedas de yoga, se trata de un aro, que se adapta muy bien al cuerpo. Tiene diversas funcionalidades como masajear el cuerpo, mejorar la flexibilidad y relajar la musculatura. Son sólidas pero recubiertas de un material suave, lo que permite apoyarse o trabajar con ellas cómodamente.

Estos soportes despiertan y estimulan ciertas zonas del cuerpo y las ponen a participar activa y correctamente en determinados asanas, cuya ejecución sin esos elementos sería difícil para algunos practicantes.

Práctica a la medida de cada quien

El Iyengar yoga es una práctica muy personalizada. Toma muy en cuenta las características y limitaciones de cada persona, razón por la que tiene un alto efecto terapéutico. Se aplica especialmente para ciertas dolencias o trastornos tales como dolores de espalda, dolores menstruales, hipertensión arterial e insomnio, entre otros.

Esto se debe a que su creador llegó a la práctica del yoga como un adolescente enfermo que necesitaba fortalecer su condición física. Para trabajar este aspecto terapéutico, los profesores de Iyengar yoga deben estar suficientemente facultados. Reciben una exigente preparación y certificación que solo otorga la Asociación de Yoga Iyengar existente en cada país.

Observando la alineación

En esta práctica se pone mucha atención a la posición de la columna vertebral, de los hombros, las caderas y los pies en una diversidad de posturas. En una sesión de Iyengar yoga se realizan un número limitado de asanas. Los mismos deben mantenerse por un tiempo considerable, para asegurarnos de la correcta alineación de cada una de las partes de nuestro cuerpo durante la ejecución del mismo y lograr el mayor beneficio.

Cada posición y cada respiración deben ser exactos. La correcta alineación de la postura se da y actúa a nivel músculo-esquelético, de los órganos y de la energía. Si nuestros huesos están en su sitio, los músculos y tendones también lo estarán. De igual manera nuestros órganos y glándulas estarán alineados, y podrán funcionar correcta y equilibradamente. Ese equilibrio físico, orgánico y energético se traduce en armonía mente, cuerpo y espíritu.

Entre los beneficios de esta modalidad de yoga están que se incrementa la flexibilidad y la fuerza muscular. Además la concentración necesaria para la auto-observación de la correcta alineación en la postura, nos lleva a calmar la mente, trabajando dos de los ocho pasos de los Yoga Sutras del sabio Patanjali:

  • el estado de pratyahara, que nos ayuda a llevar nuestra mente hacia nuestro interior, y
  • el de dharana, o estado de atención concentrada, que es el paso previo al estado meditativo.

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