Yoga y sonidos

El silencio es un buen aliado del yoga y la meditación. Pero existen también sonidos y música que pueden acompañar la práctica y ayudan a potenciar sus efectos beneficiosos.

Según la modalidad de la práctica, algunas personas prefieren trabajar en silencio, siguiendo solo la voz del maestro o instructor, si es el caso. Otros prefieren disfrutar de los sonidos del ambiente, sobre todo si se encuentran en un lugar agradable al aire libre.

Algunos pueden querer acompañar su práctica con sonidos de la naturaleza grabados, tales como el del agua de un río, el oleaje del mar, el trinar de pájaros,  o con música. Otros yoguis querrán incorporar en sus sesiones el rítmico sonido de un mantra o las sanadoras vibraciones de un cuenco tibetano.

¿Qué tipo de música se recomienda?

La escogencia del tipo de música que puede acompañar una sesión de yoga siempre tendrá que ver con los gustos particulares de cada quien. Pero existen algunas recomendaciones que pueden tenerse en cuenta para orientar una selección apropiada.

  • -La selección de música debe hacerse con antelación.

De esta forma tendremos grabada en secuencia la música que queremos escuchar durante la práctica. Así evitaremos tener que interrumpir la sesión cada tanto para buscar una nueva melodía. Esto interrumpiría nuestra concentración y el fluir natural que debe darse en una práctica de yoga.

La secuencia debe iniciarse con música suave, con la cual acompasaremos el comienzo de la práctica, fase en la cual siempre haremos ejercicios de respiración y calentamiento, que son suaves.

Luego pueden incluirse algunas piezas más movidas y energizantes que acompañarán movimientos tales como el saludo al sol, los triángulos, y otras asanas más dinámicas. Debe concluirse nuevamente con música y sonidos suaves y relajantes que acompañarán la fase de relajación al final de la práctica.

Para la selección de la música se recomienda también tomar en cuenta la hora del día en la que realizaremos nuestra práctica. Si la hacemos en la mañanapueden usarse melodías más energizantes. Si la hacemos al final del día, se recomienda emplear música más suave.

  • -Debe emplearse música instrumental.

Canciones con letra pueden distraernos y conducir nuestra mente hacia pensamientos que no debemos tener en la cabeza mientras ejecutamos nuestra práctica. Por ello debe emplearse música instrumental, que elegiremos de acuerdo a nuestro gusto.

  • -La música deberá escucharse con un volumen moderado, sin estridencias.

Ya que debe tratarse de un fondo, que te ayude a moverte y a relajarte, pero que no te impida escuchar el sonido de tu respiración, y la concentración hacia tu yo interno.

Mantras, sonidos liberadores

Cuando hablamos de sonidos que acompañan la práctica del yoga, no podemos dejar de mencionar los mantras. Los mantras son una combinación de sonidos, sílabas o palabras que se repiten de manera rítmica y continuada durante la meditación. Cumplen la función de liberar nuestra mente de los pensamientos.

Algunos son cantados y otros se presentan como un verso. Pueden decirse en voz alta, mentalmente o podemos buscar sonidos grabados que reproduzcamos y escuchemos durante nuestra meditación.

Nuestra mente tendrá en esa palabra, sílaba o sonido un objeto de concentración, que le permitirá liberarse del flujo constante e incontrolado de pensamientos al que estamos expuestos en nuestra vida cotidiana.

Las vibraciones que producen  los mantras y su repetición rítmica y repetida, tienen variados efectos físicos en nuestro cuerpo. Conducen a desacelerar el sistema nervioso y calmar la mente, por lo que entre los sonidos altamente recomendados para acompañarnos en la práctica del yoga y la meditación debemos siempre tenerlos en cuenta.

Percusiones envolventes

Existen sonidos, como los provenientes de un gong, cuenco tibetano, campanillas y otros elementos, que se usan tradicionalmente al final de la sesión de yoga para contribuir a equilibrar las energías.

Estos instrumentos se percuten y de ellos salen vibraciones que ofrecen múltiples tonos en un espectro continuo de sonido que envuelve y ayuda a lograr un estado de relajación profunda. Por ello se usan al final de la sesión.

El cuenco tibetano ha sido ampliamente usado en Asia por el budismo para inducir la relajación. Se trata de un tazón metálico cuyo interior o borde se percute con un mazo o baqueta de madera. Esta baqueta a veces se recubre de algodón o goma. Los sonidos que se producen con la baqueta de madera sola son más agudos que las que se producen con la baqueta recubierta por algún otro material.

Se considera que las vibraciones del cuenco tibetano tienen un efecto sanador. Colocan a todo nuestro organismo en una onda saludable, tanto a nivel físico, como psicológico y espiritual. Estos “tazones cantadores” fueron empleados por primera vez por monjes tibetanos, quienes empezaron a percibir de ellos, en sus vibraciones, una voz que los guiaba hacia lo esencial.

Existen también cuencos de cuarzo. Se considera que el cuarzo está presente en todas las células de nuestro organismo, por lo que las vibraciones de este mineral generan sintonía y alineación en todo nuestro cuerpo.

El gong es un instrumento musical muy antiguo proveniente también del continente asiático. Produce vibraciones relajantes y sanadoras. En occidente su uso se ha popularizado principalmente en las sesiones de kundalini yoga.

Se considera que el sonido el gong abre los canales al flujo de la energía y crea un estado mente-cuerpo receptivo para la relajación y la meditación.

Descubriendo sonidos

Así que al considerar acompañar nuestra práctica del yoga con música, no estamos hablando solo de composiciones ejecutadas por instrumentos y grabadas, como las que escuchamos normalmente. Estamos hablando también de muchas otras manifestaciones sonoras tales como la música que se esconde en los sonidos de la naturaleza, la que proviene de los sonidos de nuestra respiración, la que se desprende de los mantras y de las vibraciones de cuencos y gongs.

La invitación es a descubrir las propiedades relajantes y sanadoras de todo ese universo de sonidos y a incorporarlos, de acuerdo a nuestras preferencias, entre los elementos que potencian los beneficios de la práctica del yoga y la meditación en cada uno de nosotros.

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