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Alivia los síntomas de la menopausia con yoga

La menopausia es un período fisiológico en la vida de las mujeres que se caracteriza por cambios hormonales. Su principal signo es que las mujeres dejan de presentar su período menstrual. Para algunas esta época de sus vidas no representa ninguna dificultad, pero para otras la menopausia viene acompañada de una serie de molestias que pueden ser físicas o psicológicas. Alivia los síntomas de la menopausia con yoga.

Entre ellas podemos mencionar los sofocos, también llamado calorones, que son momentos en los que se siente un incremento en la temperatura corporal, sobre todo en la zona del pecho, el cuello y la cara. Esta sensación puede durar segundos, o períodos más extensos, y suele acompañarse de una intensa sudoración.

Durante la menopausia podemos empezar a sufrir de insomnio, muchas veces asociado a los sofocos que pueden presentarse en la noche.  

Además de otros síntomas físicos, muchas mujeres sufren de cambios en su estado de ánimo, y pasan por períodos de depresión, ansiedad, irritabilidad y acusan momentos de pérdida de memoria.

Todas esas manifestaciones son normales, ya que las mujeres estamos pasando por cambios fisiológicos importantes. Debe tenerse en cuenta que estos cambios conducen a una nueva etapa de nuestras vidas. Al bajar los niveles de ciertas hormonas sexuales femeninas y de calcio se debilitan los huesos, y los cuidados de salud deben tomar en cuenta esta nueva situación y adaptarse a ella.

Vida saludable

Si hemos mantenido un estilo de vida saludable, en el cual nos alimentamos adecuadamente, realizamos ejercicio físico de manera periódica, y practicamos disciplinas tales como el yoga, que nos ayudan a mantener un equilibrio mente-cuerpo y a manejar el estrés de la vida contemporánea, nos enfrentaremos mejor a los cambios fisiológicos de la menopausia.

Así que si hemos mantenido hábitos de vida saludable debemos mantenerlos durante la menopausia, y si no debemos incorporarlos. Sin duda alguna nos ayudarán en este momento y contribuirán con la prevención de enfermedades cuya incidencia tiende a aumentar luego de la menopausia, tales como la osteoporosis.

El yoga es una práctica muy recomendable para acompañarnos en este período en el que sentimos que nuestro cuerpo se está transformando, y que podemos estarnos debilitando física y emocionalmente. La meditación y la respiración consciente nos ayudarán a conseguir mejores estado de ánimo, a manejar nuestras emociones y a mantener patrones de sueño adecuados.

La práctica de asanas nos permite mantener la flexibilidad y fuerza de la masa muscular que tiende a debilitarse con la menopausia, así como a mantener huesos sanos y a fortalecer la coordinación en los movimientos y el equilibrio. Todas estas condiciones incrementan nuestro bienestar.   

Dos posturas sencillas: alivia los síntomas de la menopausia con yoga

Estas dos sencillas posturas que veremos a continuación las podemos hacer sin ninguna dificultad, aún sin tener experiencia en la práctica del yoga. Lo que necesitamos es vestir ropa cómoda, y buscar un lugar agradable en nuestra casa, un espacio interior o un jardín, donde podamos estar tranquilas, y estar decididas a disfrutar de esta práctica.

Baddha Konashana o postura de la mariposa

En esta postura nos sentamos en el suelo, con la espalda recta. Empezamos con las piernas estiradas, y desde allí doblamos las rodillas colocando las plantas de los pies una frente a la otra delante de nosotros. Dejamos caer las rodillas hacia los lados.

Con las manos agarraremos los pies y los vamos acercando cada vez más hacia el pubis. Las rodillas irán acercándose cada vez más hacia el piso, de acuerdo a la flexibilidad de cada quien.

En esta postura estamos estimulando los órganos abdominales, incluyendo los ovarios y mejoramos la circulación sanguínea. Es una postura que nos relaja y descansa, y ayuda a manejar la ansiedad, lo que es muy conveniente en la menopausia.

Esta asana es también muy recomendable para abrir las caderas y para aliviar dolores en la zona del nervio ciático. Contribuye favorablemente con la salud postural de todo el cuerpo, ya que en ella se estira la espalda y se liberan los canales por donde fluye la energía vital a lo largo de la columna vertebral.

Postura del gran ángulo

Iniciamos estando de pie, con los pies separados al ancho de caderas. Hacemos la postura de la montaña, que consiste en que al inhalar levantaremos ambos brazos y los mantendremos estirados con las palmas de las manos hacia adentro. Mantendremos la espalda recta, el mentón levemente recogido hacia el pecho y la mirada hacia el frente.

En esa postura inhalamos, demos un gran paso hacia el lado separando los pies que deben quedar en paralelo el uno con el otro. Llevemos las manos a la cintura. Al exhalar inclinamos el tronco hacia adelante desde la cadera, como si tratáramos de dirigir la coronilla hacia el piso. Mantengamos siempre la espalda recta. Al llegar abajo coloquemos las manos sobre el suelo. Cada quien bajará en esta postura hasta donde su flexibilidad se lo permita. Mantengamos la posición respirando profundamente.

Al ejecutar esta asana liberaremos el estrés que podemos estar sintiendo por los cambios físicos que estamos experimentando. Esta postura es efectiva para reducir la fatiga, el dolor de cabeza y de espalda y para combatir el insomnio.

Luego de realizar estas dos posturas, relajémonos durante unos minutos respirando y meditando en la postura del niño. Iniciamos sentados con los glúteos sobre los talones. Inhalemos y levantemos ambos brazos por encima de la cabeza, manteniendo los hombros abajo. Exhalemos mientras inclinamos el tronco hacia adelante quedando el pecho sobre los muslos, la frente sobre el piso, y los brazos estirados hacia delante, por encima de la cabeza.

En esta postura los músculos de todo el cuerpo se relajan, la actividad mental se reduce y la respiración se convierte en la protagonista. Esta quietud fortalece el equilibrio mente-cuerpo y ayuda a manejar las emociones de temor e intranquilidad.

Mantengámonos todo el tiempo que queramos en esta posición, respirando profundamente, enfocándonos en notar cómo el aire entra a nuestro cuerpo y sale de él liberando tensiones. Este espacio de meditación tranquilizará nuestra mente y nos hará sentir renovadas. Incorporemos esta rutina a nuestra  vida y aliviemos los síntomas de la menopausia con yoga.

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