Historia del Yoga

Historia del Yoga: ¿Dónde y cuándo comenzó?

La práctica de yoga cada vez es más popular entre la gente debido a los increíbles beneficios que trae para el cuerpo, la mente y el alma, que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida.

Sin embargo, muy pocos saben sobre la historia de dicha disciplina, así que deseamos compartir ahora con ustedes un poco sobre esta.

¿Dónde y cuándo comenzó?

En consecuencia de su antigüedad, es muy difícil situar al yoga en un año específico de la humanidad, ya que todo se transmitía de boca en boca en aquél momento y la memoria era el único registro.

Los investigadores e historiadores han estimado que los primeros indicios de lo que conocemos como yoga, rondan entre el 5000 a.C y el 10000 a.C., en la zona que hoy conocemos como la India.

También existen restos arqueológicos igual de antiguos en el actual Pakistán, que demuestran el origen de las posturas, o asanas, más similares a las del Hatha Yoga.

En el occidente, la disciplina se popularizó a partir del siglo XX, aunque ya se tenía conocimiento de esta gracias a la colonización inglesa en la India que abarcó finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Otro factor clave en su fama creciente fue Vivekananda, un misionero hindú que, según se sabe, dio la primer clase de yoga en el occidente.

Debido al transcurso del tiempo que llevó a su fusión con otras culturas y disciplinas, sufrió ciertos cambios en su práctica y función original, la cual era bastante diferente a como la conocemos ahora.

¿Cómo varió el yoga desde sus orígenes?

Debido al estilo del yoga y a que se han encontrado pocas armas o fortalezas por parte de los arqueólogos donde descubrieron sus primeros indicios, se piensa que se inició en unas civilizaciones pacíficas y politeístas, donde se buscaba relacionarse más con las divinidades.

Según algunos datos, se dice que el objetivo principal era adquirir los poderes de los dioses – brahmanismo – mediante ejercicios difíciles que ponían en juego las habilidades del cuerpo y lo sacaban de sus posturas cotidianas.

Las personas que iban a practicar estos ejercicios debían aislarse de la población.

El yoga comenzó como algo rudo para el cuerpo, pero a lo largo de la historia se fue suavizando y cambiando su propósito hasta llegar al que conocemos hoy en día: la unión del cuerpo, el alma y la mente.

Se dejó de lado su aspecto religioso relacionado a los dioses hindúes, lo cual ayudó a que se pudiese popularizar en nuestra sociedad donde ya hay una religión implantada – aunque a veces siguen existiendo confusiones respecto a este tema -.

Hasta la fecha se conocen 18 estilos de yoga diferentes – siendo Hatha Yoga el más popular en el occidente– , todos derivados de un mismo texto llamado Yoga Sutra, el cual fue recopilado entre los siglos II y V a.C.

Dicho texto se compone de cuatro capítulos con frases cortas que deben de memorizarse, similares a lecciones. Actualmente, existe la duda de que si las asanas existían antes de este escrito o no.

El yoga como algo mutable

El yoga siempre estuvo y estará evolucionando mientras el ser humano exista, pues siempre se estará adaptando al paso del tiempo y los cambios sociales.

Una de las características del yoga es que no se trata de una disciplina rígida que deba seguirse al pie de la letra por toda la eternidad, pues, al fin y al cabo, cada quien busca un resultado diferente de esta, o necesita adaptarlo a su persona para lograr una unión real.

Esperamos que esta información les haya sido tan interesante como lo es para nosotros. Aún falta mucho más por conocer, no solo porque existan pocos restos arqueológicos, sino porque la historia la estamos escribiendo día a día como humanidad.

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