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Meditación en la mañana

Se puede meditar en cualquier momento del día,  pero hacerlo en la mañana inmediatamente luego de despertarnos o después de nuestra práctica de yoga matutina es altamente recomendable, porque en ese momento nuestra mente suele estar más despejada y generalmente nos encontramos relajados.

La práctica de la meditación en la mañana ofrece mucha calma y nos permite empezar el día con un tono de tranquilidad que nos hace afrontar las actividades sosegadamente, relativizar las preocupaciones y emprender el día cargados de energía.

Empezar el día

Para meditar debemos siempre buscar un lugar tranquilo y confortable, donde podamos concentrarnos en nosotros, en nuestra respiración, y donde no haya factores que puedan distraernos o interrumpirnos.

Así que en la mañana, en nuestra propia habitación o en algún lugar tranquilo de la casa, y si vivimos con familia, en un momento antes de que todos se hayan levantado y empiecen a compartirse los espacios del hogar, encontramos una excelente ocasión para dedicar unos minutos a la meditación.

El tiempo que le dediquemos dependerá de cada quien. Pueden ser solo 5 minutos, o unos 10 o 15 si disponemos de más tiempo y ya tenemos más experiencia meditando. Podemos meditar sentados, en cualquier posición que nos resulte cómoda. Hay incluso quienes prefieren realizar acostados su práctica de meditación en la mañana.

Si vamos a meditar acostados, coloquémonos boca arriba, manteniendo la espalda derecha, las piernas estiradas con los pies ligeramente separados, los brazos extendidos a lo largo de nuestro cuerpo con las palmas de las manos hacia arriba. En esa posición, relajados, concentrémonos en la respiración y dediquémonos unos minutos a la meditación.

Sentados en la cama

Una manera sencilla de realizar nuestra práctica de meditación en la mañana es sentarnos en la cama, en una silla, o en el piso, de acuerdo a nuestras preferencias y empezar simplemente a observar el inicio del día:

  • mantenemos la espalda derecha para que la energía fluya libremente por nuestra columna vertebral, nos concentramos en la respiración, en cómo el aire entra y sale de nuestros pulmones
  • si algún pensamiento viene a nuestra mente lo dejamos ir sin detenernos a considerarlo, sin juzgarlo ni retenerlo
  • empecemos a observar el ambiente que nos rodea, su temperatura, el aire que circula, la luz que entra a la habitación donde nos encontramos, el silencio. Continuamos escuchando el sonido de nuestra respiración
  • recorramos ahora nuestro cuerpo reconociendo cada uno de sus rincones y sintiendo que todos los puntos de nuestro cuerpo están relajados
  • nos concentramos en el aquí y el ahora. Dejamos ir cualquier pensamiento que trate de llevarnos a otro lugar
  • permanecemos un rato respirando y disfrutando la sensación de sosiego que nos brinda esta sesión de meditación
  • poco a poco, vamos estirándonos, moviendo los dedos de manos y pies, el cuello, la cabeza y las articulaciones
  • nos ponemos de pie lentamente y nos disponemos a iniciar nuestras actividades cotidianas relajados, enfocados y cargados de energía

Pranayamas recomendados

Durante nuestras meditaciones es recomendable emplear la respiración abdominal. En esta modalidad de pranayama tomamos y expulsamos el aire  por la nariz. Cuando inhalamos dirigimos el aire hacia el abdomen, de tal manera que el diafragma baja y los pulmones se llenan de aire plenamente. Al exhalar el abdomen se retrae.

Cuando meditamos en la mañana se recomienda utilizar también la respiración solar.  Esta se realiza a través de la fosa nasal derecha y va a activar nuestro canal solar. El nadi o canal energético píngala que parte de nuestro chakra raíz y asciende en movimiento serpenteante pasando por todos los chakras recibirá la energía de nuestra respiración que ingresa por la fosa nasal derecha. Este canal se relaciona con el sol y estimula nuestro lado de acción, de actividad, masculino, que da calor y movimiento, que activa nuestra energía.

Con los dedos índice y mayor o del medio taparemos nuestra narina izquierda y respiraremos solo por la fosa nasal derecha. La mano derecha la podemos colocar en nuestro abdomen para tener conciencia de que estamos llevando el aire hasta él. Hagamos varias respiraciones solares en nuestra sesión de meditación matutina.

La observación

A lo largo del día, cuando sintamos que alguna situación nos apremia y esto pueda causarnos ansiedad, traigamos a nuestra mente la sensación de calma y sosiego que logramos en los minutos que dedicamos a la meditación al inicio del día.

Volvamos a sentir el estado de presencia, a estar aquí y ahora y pongamos las cosas en perspectiva. Esto nos permitirá controlar los estados de ansiedad.

Ejercitemos nuestra capacidad de concentración, observemos calmadamente y entreguémonos a cada actividad que hacemos, tal como hicimos en la práctica de observar el inicio del día en la mañana. Esto será como un desacelerador que nos permitirá mantenernos en calma.     

Un ritual para mejorar nuestra concentración

Meditar por la mañana nos ayuda a fortalecer nuestra capacidad de concentración, y a mejorar las funciones de la memoria y el aprendizaje. Además la sensación de sosiego que se logra contribuye a relativizar las cosas y a mantener la calma durante toda la jornada.

Hacer nuestra práctica de meditación de manera sistemática y disciplinada entrena nuestra mente, y de esta manera lograremos entregarnos cada día a sesiones más prolongadas, y a sentir cada vez más los beneficios de la meditación.

Establecer nuestra rutina de meditar por la mañana nos ayudará a hacerlo antes de que nos veamos envueltos en las rutinas del día y nos sea más difícil encontrar ese espacio y ese momento para nosotros.

Meditar por la mañana nos permite:

  • afrontar el día con vitalidad, optimismo y en estado de calma
  • preparar nuestro cuerpo para el desgaste físico que tendremos durante la jornada cotidiana
  • establecer una rutina beneficiosa para nuestro cuerpo y nuestra mente
  • mejorar nuestra motivación y concentración
  • iniciar el día regalándonos esos minutos de encuentro con nosotros mismos

Si eres de las personas que se levantan antes de que salga el sol, hacer tu meditación matutina acompasadamente con la salida de los primeros rayos del astro rey, puede ser una experiencia muy gratificante que puedes convertir en tu ritual personal.

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