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Domina tu ansiedad por comer con meditación

Todos, en algún momento de nuestras vidas, sufrimos de ansiedad. Los síntomas y manifestaciones de la ansiedad son variados. Algunos son físicos como el aumento de la presión sanguínea y el pulso. Otros son más psicológicos como la sensación de no poder respirar. Otros son conductas que vamos desarrollando, a veces sin darnos cuenta, que están relacionadas o son disparadas por la ansiedad. Veamos cómo se domina la ansiedad por comer con meditación.

En algunas personas, comer compulsivamente es una de esas conductas asociadas a la ansiedad, así como en otras puede ser fumar, o comerse las uñas.

Cuando las personas comen por ansiedad no lo hacen porque tengan hambre, o necesiten nutrirse. Tratan de calmar su estado de ánimo descolocado del presente y agobiado por el estar proyectándose con preocupación hacia el futuro, con la ingesta descontrolada de alimentos. Muchas veces el deseo es comer dulce, carbohidratos, golosinas o comida chatarra.

Esta situación tiene un impacto negativo en nuestra salud. Por una parte, la ansiedad sigue allí, por la otra nos alimentamos de manera inadecuada. Esto trae generalmente como consecuencia aumento de peso y trastornos digestivos. Se tiende a comer a deshora, y a ingerir alimentos procesados, cargados de azúcares y grasas saturadas, que dificultan la digestión y pueden hacer subir los niveles de azúcar y colesterol en la sangre, y de la presión sanguínea por exceso de potasio.

Domina tu ansiedad por comer con meditación

El yoga, a través de la respiración, la meditación y las asanas, equilibra nuestra energía, nos permite relajarnos y manejar la ansiedad. Así que a través de la respiración y la meditación lograremos manejar esos momentos en los que canalizamos la ansiedad a través de la comida, ingiriendo alimentos sin tener hambre, y sin controlar ni la cantidad, ni la frecuencia ni la calidad de lo que comemos.

Esto le ocurre a muchas personas, así que no debemos angustiarnos. Debemos empezar a utilizar las herramientas que nos ofrece el yoga para controlar este mal que afecta a más de 260 millones de personas en el mundo, impactando negativamente sus hábitos alimenticios, según reportes de la Organización Mundial de la Salud.

Una adecuada respiración actúa como un antídoto contra la ansiedad. La meditación nos ayuda a controlar nuestras emociones lo que contribuye a que dejemos de actuar de manera compulsiva. Con la práctica de ambas herramientas, vamos entrenando nuestra mente para manejar el estrés y evitar la ansiedad.

Vamos a conocer en detalle una modalidad de respiración y otra de meditación, que te recomendamos especialmente para manejar la ansiedad y empezar a salir del círculo vicioso de comer por ansiedad.

Respiración diafragmática

La respiración diafragmática es un pranayama sencillo que tiene un gran impacto positivo en nuestro bienestar.

Sentados en una posición cómoda, con la espalda recta, coloquemos nuestras manos sobre el abdomen y cerremos los ojos.

Inhalemos despacio por la nariz, contando hasta tres y sintamos cómo nuestro abdomen se expande. Luego exhalemos contando hasta tres y sintamos cómo el aire sale lentamente por la nariz y nuestro abdomen se desinfla.

Repitamos esta respiración, pausadamente, unas cinco veces. En la medida que practiquemos podemos ir incrementando el número de repeticiones.

La respiración diafragmática nos ayuda a relajar tensiones, a bajarle el volumen a nuestro ruido interno, a ese fluir permanente de pensamientos incontrolados, y al sentirnos más calmados nos relacionaremos mejor con nosotros mismos, con nuestro entorno y todos sus estímulos y elementos, entre ellos con la comida.

Meditación para la ansiedad

Escojamos una posición cómoda, podemos hacerlo sentados o acostados. Lo más importante es que abramos nuestro corazón a esta práctica para que podamos sentir todos sus beneficios.

Se trata de que dediquemos unos minutos a concentrarnos en nuestra respiración. Si algún pensamiento viene a nuestra mente, dejémoslo ir, sin juzgarlo, ni engancharnos en él. Pongamos siempre el foco en nuestra respiración, que debe ser reposada y profunda, enviando el aire hacia nuestro abdomen. Sintamos cómo el aire entra y sale a nuestro cuerpo oxigenándonos y cargándonos de energía.

Algunas personas prefieren meditar con los ojos cerrados, ya que esto les permite concentrarse mejor en la respiración. Pero algunas personas que son muy visuales pueden hacerlo también con los ojos abiertos, poniendo el foco en un objeto en particular que puede ser una vela encendida, por ejemplo. También existen videos con imágenes y música especialmente seleccionadas para inducir la meditación, como los que te mostramos en este enlace https://www.youtube.com/watch?v=buuKTJ4zDpk

De acuerdo a nuestras preferencias también se puede incorporar el uso de velas aromáticas o inciensos a la meditación, con aromas tranquilizadores tales como el de la lavanda.

Te compartimos una meditación guiada para la ansiedad que nos será muy útil para iniciarnos en esta práctica: https://www.youtube.com/watch?v=QY60vQG1oGc

Seamos constantes

Para recibir todos los beneficios del yoga, a través de la respiración consciente y la meditación, debemos ser constantes en su práctica. Establezcámonos una rutina diaria, y además recurramos a la respiración diafragmática y a unos minutos de meditación, cada vez que sintamos la necesidad de ellos durante el día.

Poco a poco iremos sintiendo los resultados y beneficios de esta práctica. Debemos ser pacientes y respetar nuestro proceso, sin presionarnos, ni compararnos con otras personas. Cada quien va viviendo su proceso de autoconocimiento, de toma de conciencia de su cuerpo, y va sintiendo los beneficios que le aporta la respiración, la meditación y la práctica de asanas.

Se ha comprobado que estas prácticas logran reducir hasta en un 60 por ciento los niveles de estrés y ansiedad y por tanto nos ayudarán a controlar la necesidad compulsiva de ingerir alimentos en momentos de tensión. Seremos más reflexivos y no nos dejaremos llevar por el impulso descontrolado de comer.

Estableceremos calmadamente rutinas de alimentación saludables, que trataremos de mantener acudiendo a la respiración y meditación cuando sintamos un deseo irrefrenable de ingerir alimentos no recomendables con demasiado frecuencia y fuera del horario de comidas establecido.

Animémonos a practicar estas técnicas y sumaremos bienestar a nuestro cuerpo.

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