Ataque de Ansiedad

Ataque de ansiedad: ¿Qué sucede durante un ataque de pánico?

Cuando sientes una ola repentina de nerviosismo o de mucha emoción, es bastante probable que tu cuerpo manifieste algunas reacciones. Los sudores, temblores, náuseas y otros tipos de respuestas pueden ocurrir.

Tal incomodidad, especialmente si es una sensación nueva, puede llevar a una persona a preguntarse ¿Estoy sufriendo un ataque de pánico? ¿O será un ataque de ansiedad?

Pero esas no son las preguntas correctas aunque en efecto, sea verdad que usted esté sintiendo ansiedad o hasta un ataque de pánico.

La ansiedad es una condición definida como preocupación excesiva y persistente sobre un evento inminente, como la muerte o una enfermedad, o incluso, eventos menores como retrasos de una consulta médica o de cualquier otro tipo, en los que tengas resultados inciertos. Los síntomas incluyen fatiga, hipervigilancia, inquietud e irritabilidad – a menudo son síntomas crónicos.

Los ataques de pánico, por otro lado, son ráfagas cortas de miedo intenso, muchas veces marcado por el aumento de la frecuencia cardíaca, dolor en el pecho o falta de aire. Normalmente duran menos de 30 minutos y pueden ocurrir una vez o repetidamente – y a veces sin ni siquiera un motivo aparente. Estos episodios pueden enviar a pacientes a la sala de emergencia, ya que a veces se confunden con un ataque al corazón.

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Ataques de ansiedad ¿Cuando pueden ocurrir?

Si estás caminando por un callejón oscuro y sientes una sensación de peligro potencial, es probable que sientas ansiedad de anticipación, con una sensación estomacal, sudoración fría y aumento de la frecuencia cardíaca. Pero si en este mismo callejón por el que vas caminando, aparece alguien con un cuchillo, tal vez llegues a sentir un ataque de pánico – o sea, un impulso irresistible de escapar de una situación peligrosa.

Los ataques de pánico también pueden desencadenarse por pistas más sutiles, como con ciertas sensaciones corporales. Una persona puede tener un dolor en el pecho e interpretar esto como un ataque al corazón. O sienten un mareo y piensan que están teniendo un derrame cerebral.

¿Qué pasa contigo en medio de una ataque de ansiedad?

Tu cuerpo comienza a decirte “lucha o corre”. Esta respuesta está detrás de los síntomas físicos intensos. Normalmente, cuando te encuentras bajo alguna amenaza – por ejemplo, estando frente a una fiera suelta o un carro descontrolado -, tu sistema nervioso entra en acción.

La adrenalina inunda tu flujo sanguíneo, poniendo a tu cuerpo bajo alerta máxima. Tus latidos se aceleram, enviando más sangre de tu corazón a los músculos. Tu respiración se vuelve rápida y superficial, para que puedas absorber más oxígeno. Se te sube la azúcar en la sangre y tus sentidos se vuelven más afilados.

Todos estos cambios – que suceden en un instante – te dan la energía que necesitas para enfrentar a una situación peligrosa o huir rápidamente.

Pero, con un ataque de ansiedad aleatorio, tu cuerpo entra en alerta sin ningún motivo. Los investigadores no saben exactamente lo que los desencadenan pero los efectos físicos son reales: durante un ataque de pánico, los niveles de adrenalina en el cuerpo pueden aumentar 2,5 veces o más.

Los ataques de ansiedad pueden no ser tan inesperados como parecen. Los cambios físicos pueden comenzar alrededor de una hora antes del ataque. En un estudio, personas con trastorno de ansiedad, usaban dispositivos que controlaban la actividad cardíaca, sudoración y respiración. Los resultados mostraron niveles más bajos de lo normal del dióxido de carbono, una señal de respiración rápida y profunda que puede dejar a una persona sin aliento, unos 45 minutos antes del ataque de pánico.

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Para que un ataque de ansiedad pase, trata de tomar el control de tu respiración primero. Encuentra un lugar donde puedas sentarte o estar cómodo. Concéntrate en hacer tu respiración lenta y uniforme. Intenta inhalar por la nariz durante 4 segundos, sostenla por 2 segundos y luego expira por la boca durante 6 segundos. Conversa contigo mismo, diciéndote que no estás en peligro y que el ataque va a pasar.

Si no estás seguro de estar teniendo un ataque de pánico, es buena idea ir a un hospital para descartar otros problemas de salud.

El trastorno de pánico, que es diferente al de ansiedad generalizada, es uno de los tipos de trastornos de ansiedad más tratables. Medicación y un tipo de terapia del habla, llamado terapia cognitivo-conductual, pueden ayudar. Si tienes ataques de pánico con frecuencia, por favor, consulta con un médico.

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