Yoga para nómadas digitales
La creciente tendencia a trabajar como nómadas digitales viene ganando terreno sobre todo entre los jóvenes gracias a las posibilidades de la tecnología. Esto ha hecho que los hábitos de vida de quienes trabajan en esta modalidad se vean alterados en muchos aspectos. El yoga es un excelente aliado para lograr un estilo de vida saludable como nómada digital.
Estos profesionales son personas que optan por trabajar de manera remota. Entre ellos existen diversas modalidades. Hay algunos que dan sus servicios a un empleador, otros que trabajan para diversos clientes, otros son emprendedores desarrollando su propio negocio. De acuerdo a la modalidad, algunos trabajan más en solitario y otros interactúan más permanentemente con otros miembros de un equipo a distancia.
Los nómadas digitales cambian frecuentemente el lugar donde viven y trabajan. Por esa razón tienen que adaptarse una y otra vez a nuevos espacios, nuevos horarios y nuevos entornos. Esta es una de las características que atraen a quienes incursionan en este mundo. Estos profesionales sienten que son libres de moverse y conocer nuevos lugares manteniendo su trabajo y por ende sus ingresos.
Trabajar de esta manera tiene ventajas, pero también nuevos factores estresantes y otros riesgos para la salud física y psicológica. Dentro de esta nueva forma de trabajar, es necesario lograr un equilibrio. Hay que establecer fronteras claras entre las horas dedicadas al trabajo y los lapsos dedicados a la movilidad, así como a otras tareas, al descanso y al ejercicio físico.
El yoga es un excelente aliado para que los nómadas digitales se mantengan productivos, enfocados y saludables de cuerpo y mente. Es importante que estos profesionales ubiquen en sus nuevos y cambiantes entornos el lugar y el momento adecuados para dedicar un momento al día para la práctica del yoga y la meditación.
¿Qué necesitan los nómadas digitales para practicar yoga?
La práctica del yoga es tan sencilla que puede realizarse en la comodidad de la casa o lugar de trabajo. Por ello los nómadas digitales pueden incorporarla fácilmente a sus rutinas de vida.
Tan solo necesitan:
- -tener un espacio tranquilo y bien ventilado en el que puedan desarrollar su sesión de manera distendida, sin estar expuestos a factores que puedan molestarlos o interrumpirlos. Los dispositivos electrónicos que usan para trabajar deben quedar lejos del espacio para el yoga y la relajación.
- -disponer de una esterilla o mat de yoga, así como de cualquier otro elemento que puedan requerir de acuerdo al estilo de la práctica (bloques o ladrillos de yoga, ligas, otros), pero estos no son imprescindibles.
- -identificar cuál es el momento más apropiado del día para realizar la sesión, de acuerdo a la dinámica de la jornada cotidiana.
- -usar ropa cómoda y fresca, preferiblemente de colores claros, y evitar usar adornos o elementos que pesen o puedan enredarse a causa de los movimientos.
- -si se tiene experiencia y conocimiento de las secuencias de yoga, puede ir decidiéndose sobre la marcha el orden en que se ejecutarán las asanas y pranayamas durante la sesión. También se pueden consultar libros y organizar las secuencias con antelación. Así se evita seguir una clase por internet y se puede descansar durante la práctica de los equipos electrónicos que se usan todo el día en la jornada de trabajo como nómadas digitales.
Recomendaciones para la práctica
Los nómadas digitales sueles pasar largos períodos sentados tanto cuando se trasladan de un lugar a otro en avión o por vía terrestre, como cuando trabajan frente a sus computadores, Tablets o cualquier otro dispositivo, en sus casas, cafés, o espacios de coworking. Como rutina debe hacerse una pausa al menos cada dos horas para caminar un poco y estirar todo el cuerpo.
Siempre antes de iniciar la sesión de yoga se deben realizar algunos movimientos de calentamiento y relajamiento de los músculos. Luego, cada sesión debe iniciarse dedicando unos minutos a la respiración consciente. La práctica debe concluir siempre con un lapso dedicado a la relajación.
Para los nómadas digitales se recomienda Iniciar la práctica de pie, haciendo una serie de respiraciones completas y profundas. Al concentrarse en ellas se sentirá cómo fluye el aire por todo el cuerpo, oxigenándolo y cargándolo de energía. Se sentirá también cómo fluye la sangre por todo el cuerpo y mejora la circulación.
Para recibir todos los beneficios que aporta la práctica del yoga al cuerpo y a la mente, es necesario ser disciplinados y constantes en la práctica. Idealmente la práctica debería ser diaria, pero si no de al menos tres veces por semana. En cada sesión se debe contar con el tiempo suficiente para desarrollar un trabajo completo, que incluya el calentamiento, los pranayamas, los asanas, y la relajación.
Cuando haya poco tiempo, es preferible hacer una sesión corta, de unos 20 minutos aproximadamente, pero no abandonar la práctica por “falta de tiempo”. Unos minutos que se dediquen al estiramiento, la alineación y la relajación, siempre tendrán un efecto positivo en las personas, sobre todo luego de haber estado durante muchas horas en actividades sedentarias y sometidas a situaciones que puedan causar ansiedad.
Individualmente o en grupo
Los nómadas digitales pueden disfrutar de la práctica de yoga de manera individual, pero también si trabajan en un espacio de coworking con otros compañeros y si la dinámica del trabajo lo permite pueden plantearse hacer sesiones grupales. Estas sesiones colectivas ayudan también a equilibrar la situación de aislamiento en la que el trabajo a distancia suele ubicar a las personas. Incluso algunos espacios de coworking ofrecen espacios para la práctica de este tipo de actividades de relajación.
Compartir la práctica con un grupo hace que una sana y nutritiva energía fluya entre varias personas que se entregan a la práctica con entusiasmo. Desarrollándola cada quien de acuerdo a su estilo y posibilidades físicas, dedicarán un momento común a esa búsqueda del equilibrio y la paz interior. Esto repercute sin duda alguna de manera beneficiosa en la salud física y mental, así como en el desempeño profesional de quienes incorporan de manera sistemática la práctica del yoga a sus vidas.