Respiración completa: usemos toda nuestra capacidad respiratoria
Cuando iniciamos la práctica del yoga y la meditación, la experiencia de respirar, que es algo que hemos hecho durante toda nuestra vida de manera inconsciente, cambia. Empezaremos a hacerlo de manera consciente, conoceremos que hay diversas maneras de respirar, y sentiremos los beneficios que nuestro cuerpo y nuestra mente reciben cuando lo hacemos de manera adecuada.
Desde el punto de vista fisiológico, cuando respiramos nuestro cuerpo recibe oxígeno y exhala dióxido de carbono. Desde el punto de vista energético, al inhalar recibimos prana (energía) y al exhalar emanamos apana, que es todo lo que no necesitamos. Para el yoga, el elemento más importante es la respiración, tanto cuando meditamos, como cuando realizamos la práctica de asanas.
En yoga, existen diversas maneras de respirar que se denominan pranayamas -del término sánscrito prāṇāyāma o pranaiama (control de la respiración) Estas diversas técnicas conducen a la concentración y canalizan la energía de distintas formas.
Cuando hacemos ejercicios de pranayama toda nuestra atención está concentrada en nuestra respiración, en nuestro cuerpo, y eso nos hace estar en el momento presente. Estas técnicas nos ayudan a anclarnos en el aquí y el ahora, en el momento presente, y por lo tanto nos ayudan a relajarnos, a aminorar la prisa de la vida moderna, a manejar la ansiedad y a equilibrar nuestro ser.
Los tres canales energéticos principales
La energía circula por nuestro cuerpo sutil, que es el campo energético de nuestro ser, por unos canales que son como venas, llamadas “nadis”. Los nadis confluyen y se juntan en algunos puntos especiales en nuestro cuerpo, conocidos como chakras.
Existen miles de nadis y chacras en el cuerpo, pero existen tres canales de energía principales. El canal de energía principal se llama Sushumna, y corre por el centro de nuestra columna vertebral, desde la pelvis hasta la coronilla, y a lo largo de él se alinean los siete chakras principales.
Los otros dos canales principales son Ida y Píngala. Ida corre por el lado izquierdo de nuestro cuerpo, coincide con nuestra fosa nasal izquierda, va paralelo a Sushumna, y al llegar al entrecejo cruza hacia el lado derecho de nuestro cerebro. Y Píngala hace lo mismo por el lado derecho, va paralelo a Sushumna y al llegar al entrecejo cruza hacia el lado izquierdo.
La energía que recibimos a través de la respiración circula por nuestro cuerpo a través de estos canales. Veremos cómo distintos pranayamas canalizan la energía de diversa manera.
La del sol y la de la luna
Conozcamos estas dos modalidades de respiración:
Respiración Solar
Con ella estimulamos el canal energético Píngala, o canal solar. Se realiza a través de la fosa nasal derecha y es recomendable ejercitarla cuando sintamos cansancio, desgano, apatía, tristeza, depresión.
El nadi Píngala se relaciona con el sol y estimula nuestro lado de acción, de actividad, masculino, que da calor, que da movimiento, que activa nuestra energía.
Con los dedos índice y mayor o del medio taparemos nuestra narina izquierda y respiraremos solo por la fosa nasal derecha. La mano derecha la podemos colocar en nuestro abdomen para tener conciencia de que estamos llevando el aire hasta él. Este pranayama debe practicarse en la mañana.
Respiración Lunar
Con esta práctica vamos a estimular el canal energético Ida, o canal lunar. Se realiza a través de la fosa nasal izquierda. Este pranayama genera calma y tranquilidad mental, refresca el cuerpo, activa el principio femenino, revitaliza el organismo, induce a la meditación, reduce el exceso de bilis, estimula la creatividad.
Cuando sentimos que estamos demasiado cargados de energía debemos hacer esta respiración. Con los dedos índice y mayor o del medio taparemos ahora nuestra narina derecha y respiraremos solo por la fosa nasal izquierda. La mano izquierda la podemos colocar en nuestro abdomen para tener conciencia de que estamos llevando el aire hasta él. Este pranayama debe practicarse en la noche, antes de dormir.
Existen otros pranayamas básicos como la respiración nasal abdominal, en la que se inhala y exhala por la nariz, y se dirige el aire hacia el abdomen, la respiración cuadrada, que es la nasal abdominal, a la que se le agrega lo que se denominan retenciones, que consisten en retener el aire luego de que inhalamos o exhalamos, y la respiración alternada, ideal para alinear nuestra energía, en la cual se alterna la inhalación y exhalación por la narina derecha y la izquierda. Pero hoy vamos a dedicarnos a conocer y practicar la respiración profunda o completa.
Respirando en profundidad
Es importante conocer y practicar la respiración profunda o completa, la cual es muy beneficiosa para controlar nuestra energía vital, y nos aporta una gran sensación de calma.
Se llama así porque en ella vamos a usar toda nuestra capacidad respiratoria. Veamos cómo ejecutarla paso a paso:
- Como siempre, busquemos un lugar tranquilo para llevar a cabo nuestros ejercicios de respiración, un sitio donde no estemos expuestos a interrupciones y donde no haya ni mucha luz ni mucho ruido.
- Vistamos ropa cómoda y sin accesorios que puedan molestarnos.
- Sentémonos en una posición que nos resulte cómoda, o acostémonos en posición de relajación, siempre manteniendo la espalda derecha.
- Relajemos todo nuestro cuerpo, para ello movamos los hombros, el cuello, los brazos, las piernas, las manos, los pies, para asegurarnos que todas las partes de nuestro cuerpo se encuentran relajadas.
- Con los ojos cerrados, iniciemos nuestra práctica de respiración completa o profunda.
- Inhalaremos y exhalaremos despacio por la nariz.
- Dirigiremos el aire en principio hacia nuestro abdomen.
- Cuando sintamos que ya no hay más lugar en el abdomen, seguiremos inhalando y el aire irá ahora hacia nuestras costillas y luego hacia nuestras clavículas.
- Sentiremos que los pulmones se llenan todos de aire, como si fueran un globo.
- Luego al exhalar, iremos expulsando primero el aire que está en las clavículas, luego en las costillas, y seguiremos hasta llegar a expulsar finalmente el aire que está en el abdomen.
- En todo momento, mantengámonos concentrados en la respiración.
Esta modalidad de respiración completa o profunda debe ser practicada al inicio de nuestra práctica de yoga y al final de ella en la etapa de relajación. También podemos ejecutarla durante el día, en cualquier momento en que hagamos una pausa y queramos recargar nuestra energía y controlar nuestra mente. Veremos que nos aporta plenitud y calma.
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