Aquí y Ahora: vivir en el estado de presencia nos hace libres
Cuando estamos en el Aquí y Ahora (estado de presencia), nos encontramos en un momento en el que estamos libres de pensamientos, porque dejamos de apegarnos a nuestra mente.
No significa que no pensemos, significa que dejamos de identificarnos con la mente. El estado de presencia es un estado de alerta. Cuando estamos completamente presentes, en el aquí y el ahora, no hay problemas.
La ansiedad, la angustia y la depresión no sobreviven si estamos en estado de presencia. Porque nuestra mente funciona en relación al tiempo. La ansiedad, los pensamientos sin control, dependen de un factor fundamental que es el transcurrir del tiempo, el pasado y el futuro.
¿Cómo entrenamos el estado de presencia?
El estado de presencia significa que habitamos nuestro cuerpo completamente desde nuestro ser y esto se logra principalmente con la respiración consciente.
También cuando en la práctica del yoga hacemos asanas, el objetivo de la postura, además de mejorar nuestro cuerpo físico con fuerza y flexibilidad, es que nuestro cuerpo esté en el momento presente, que estemos en estado de presencia.
Cuando estamos haciendo asanas, cuando estamos trabajando nuestro cuerpo físico, a veces nos sentimos un poco incómodos, porque no somos tan flexibles o no tenemos tanta fuerza para sostener la postura.
Pero esa incomodidad nos enseña a estar presentes más allá de la incomodidad, habitando nuestro cuerpo. Esta enseñanza de aprender a estar presentes, neutrales, habitando el ser más allá de la incomodidad, es una práctica que debemos aplicar a todos los aspectos de nuestra vida.
La respiración, los asanas y la meditación son herramientas fundamentales para entrenar el estado de presencia.
La mente necesita del apego al pasado, niega el presente y espera el futuro, y en esa situación mental existe la ansiedad y el sufrimiento. Pero recordemos que nosotros no somos nuestra mente. Nosotros somos el ser, y el ser habita en el presente.
No podemos estar esperando permanentemente una situación hipotética que nos hará felices. En la disciplina del yoga existe el concepto de “karma”.
Karma significa “acción”. La ley del karma, es la ley de la acción y reacción, causa y efecto. Mediante la práctica del karma yoga, o yoga de la acción lúcida, cultivamos una actitud ante la vida caracterizada por el espíritu de servicio, de entrega y por el desapego.
¿Qué es la acción virtuosa?
Pero ¿cuál es la acción que se busca en la disciplina del karma yoga? La acción virtuosa, que es aquella que se desapega de los frutos, de los resultados, la que se hace sin interés, se hace porque es lo correcto, dando lo mejor que tenemos y soltando la consecuencia. Es la acción que se hace en el momento presente.
Lo que viene a futuro no nos afecta. Debemos aprender a actuar soltando la consecuencia de lo que hacemos. Actuamos aquí y ahora porque es lo correcto y nos olvidamos de la consecuencia. Dejamos de depender del futuro.
Cuando soltamos la consecuencia, la expectativa, en ese momento estamos ejecutando una acción virtuosa, estamos fluyendo con el universo en el aquí y ahora. Cuando dejamos de esperar cosas a cambio, en el presente nos llega todo lo que necesitamos.
Cuando nos desapegamos del futuro vivimos nuestro presente a plenitud y somos libres. Eso es lo que guía el estilo de vida de un yogui. Vivimos en paz con el ahora.
Los maestros zen llamaron “Sartori” a ese pequeño momento de presencia, de alerta, donde uno se encuentra en estado de “no mente”. Se corta la brecha de pensamiento, nos desapegamos de la mente.
Cuando nos iniciamos en este proceso de cultivar el estado de presencia, esos momentos de “no mente” al principio serán cortos, pero iremos logrando que cada vez sean más prolongados, con nuestra práctica del yoga, de la meditación.
Cuando uno logra contemplar la belleza del momento presente, cuando uno sale, por ejemplo, a caminar y se pierde escuchado el ruido de las hojas, contemplando el mar, esos son momentos de presencia. Cuando nos perdemos en la contemplación de algo bello, estamos en un momento de no mente, en un Sartori.
Libres del tiempo
Cuando honramos el momento presente, toda la infelicidad y el esfuerzo se disuelven y la vida empieza a fluir con alegría y facilidad. Cuando actuamos desde la conciencia del momento presente, cualquier cosa que hagamos, incluso la acción más sencilla, está cargada de un sentido de calidad, cuidado y amor.
No debemos preocuparnos por el fruto de nuestras acciones, simplemente prestemos atención a la acción en sí misma. El fruto vendrá por añadidura. Esa es una poderosa práctica espiritual. Cuando cesa el forcejeo por huir del ahora, la alegría de ser fluye en todo lo que hacemos.
Cuando nuestra atención está en el ahora, sentimos una presencia, una quietud, una paz. Dejamos de depender del futuro para la realización y la satisfacción, no miramos hacia él para la salvación. No estamos apegados a los resultados de lo que hagamos. Ni el fracaso ni el éxito tienen el poder de cambiar nuestro estado interior del ser.
Cuando logramos sentirnos libres del tiempo, conseguiremos ser libres de la necesidad psicológica del pasado para reafirmar nuestra identidad y del futuro para buscar nuestra realización.
Este concepto representa la transformación más profunda de la conciencia que podamos imaginar. No es fácil de asimilar e incorporar esta visión a nuestra vida, pero puede lograrse a través de la práctica del yoga y la meditación, que buscan llevarnos a ese estado de presencia.
Mientras estamos en un estado de intensa presencia, estamos libres del pensamiento. Estamos quietos y sin embargo muy alerta. En el instante en que nuestra atención consciente cae por debajo de cierto nivel, el pensamiento se apresura a aparecer.
En ese momento debemos volver al estado de observar nuestros pensamientos, aceptarlos, mirarlos y dejarlos pasar. Es decir, volver al estado de presencia.
Meditar nos trae al aquí y ahora, y en el aquí y ahora se encuentra la paz, se encuentra la calma, se encuentra lo eterno.
20/05/2021 a las 22:11
Buenísimo todo el material