Salud Mental: Busquemos el equilibrio para vivir con la mente Sana
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.” Y la salud mental es parte integral de la salud, y se refiere a nuestro estado de bienestar psicológico, emocional y social.
Es importante en todas las etapas de nuestra vida, porque nos permite hacer frente al estrés normal de la vida, estar saludables físicamente, trabajar productivamente, relacionarnos adecuadamente con los demás, contribuir significativamente con la sociedad y desarrollar nuestro potencial como seres humanos.
El equilibrio de nuestros procesos cognitivos y emocionales es fundamental para desarrollar nuestra capacidad individual y colectiva de pensar, comunicarnos y actuar, por ello es importante promoverlo y protegerlo desde el ámbito personal y colectivo.
Signos de alarma
Veamos cuáles son los síntomas o señales de que nuestra cordura pueda estar debilitándose:
- Tener pensamientos confusos y poca capacidad para concentrarnos;
- Estar casi todo el tiempo abrumado por sentimientos de desánimo y tristeza;
- Sentir frecuentemente preocupaciones o miedos excesivos o intensos sentimientos de culpa;
- Tener muchos altibajos y cambios radicales en nuestro humor;
- No poder afrontar los problemas o el estrés de la vida diaria;
- Sentir cansancio permanentemente y tener dificultades para dormir;
- Sufrir de desórdenes alimenticios;
- Alejarnos de las amistades y actividades regulares;
- Tener problemas para comprender y relacionar situaciones y personas.
- Desarrollar problemas de adicción o uso indebido de sustancias como alcohol y drogas.
La salud mental de cada uno de nosotros está determinada por múltiples factores biológicos, psicológicos y sociales. Existen algunos trastornos que tienen una base biológica, y dependen de factores genéticos y de desequilibrios bioquímicos cerebrales. También hay factores psicológicos y de personalidad que hacen que algunos de nosotros seamos más propensos a tener algún desequilibrio.
Pero sin que estemos refiriéndonos a situaciones de enfermedad mental, ante las cuales debe buscarse ayuda profesional, a veces las circunstancias en las que se desarrolla nuestro día a día, debilitan nuestra condición normal y podemos empezar a sentir que perdemos el control y que nos somos capaces de hacer frente a las exigencias y presiones que se nos presentan. Sentimos que empezamos a perder nuestro equilibrio psicológico.
Esta situación puede darse en condiciones normales, pero es más posible que ocurra en momentos especiales, tales como los que hemos vivido en los últimos meses a causa de la pandemia.
Este hecho nos ha hecho sentir amenazados permanentemente, nos ha obligado al confinamiento y a tener que cambiar muchos hábitos y costumbres. Esta situación de no poder disfrutar de movernos libremente, de trabajar desde nuestras casas, de no poder compartir con amigos y familiares, de tener que extremar medidas de bioseguridad cuando salimos de casa, y estar recibiendo permanentemente información sobre la pandemia, pueden conducirnos con facilidad a estados de ansiedad, depresión y angustia.
Mente sana en cuerpo sano
Los ámbitos de nuestra salud están estrechamente ligados, de tal manera que si nuestra salud mental se desequilibra, nuestra salud física empieza a resentirse también. De allí aquel dicho: “Mente sana en cuerpo sano”. Así que debemos mantener nuestro equilibrio y para ello sabemos que la clave es cultivar hábitos de vida saludables. Entre estos la práctica del yoga y la meditación aparecen como alternativas enriquecedoras, cuyos beneficios empezaremos a notar de inmediato en nuestro cuerpo y mente.
En momentos de incertidumbre como los que estamos viviendo, la búsqueda de ese estado de presencia, de ese estar en el aquí y ahora, que desarrollamos con la meditación, es una herramienta muy apropiada para preservar un adecuado tono emocional.
Debemos además buscar un balance en nuestras actividades diarias:
- Mantengámonos activos y comunicados con nuestros grupos de relacionados;
- Si trabajamos en casa, salgamos un rato de ella a caminar, para cambiar de ambiente y dar movilidad a los músculos del cuerpo;
- No estemos todo el día pendientes de las noticias sobre el Covid 19, desconectemos de este tema;
- Hagamos ejercicio físico, ya que esto hace que nuestro cerebro segregue endorfinas que son sustancias que producen sensación de bienestar en nuestro organismo;
- Comuniquémonos con nuestros familiares y amigos y conversemos sobre temas agradables;
- Mantengamos una dieta equilibrada y una adecuada hidratación;
- Cuidemos nuestras horas de sueño, tanto en cantidad como en calidad;
- Dediquemos tiempo a un hobby o pasatiempo;
- Conversemos con alguien de confianza si nos sentimos mal;
- Dediquemos unos minutos cada día a la meditación.
Estemos aquí y ahora
Busquemos un lugar apropiado para hacer nuestra sesión de meditación, donde podamos estar cómodos, en silencio, sin nada que nos interrumpa. Pongámonos en una posición cómoda, con la espalda recta, para que la energía fluya adecuadamente por nuestro cuerpo. Practiquemos la respiración abdominal profunda, relajando los puntos de tensión que podamos observar en nuestro cuerpo.
Concentrémonos en nuestra respiración, y en estar aquí y ahora. Los pensamientos que vengan a nuestra mente, dejémoslos pasar, no participemos en ellos, no los juzguemos. Simplemente dejémoslos pasar. Busquemos elevar nuestra conciencia para llegar a un lugar de paz, equilibrio, calma y fluidez de nuestra energía, de nuestra mente, de nuestro cuerpo.
Aun cuando nos encontremos en una situación crítica y delicada en el ámbito personal o en un escenario complicado como el de la pandemia, cultivemos una actitud positiva, practiquemos la gratitud, no nos aislemos de nuestros seres queridos, y mantengamos claro nuestro propósito de vida.
Todos estos conceptos e ideas esenciales pueden ser incorporados como afirmaciones en nuestras sesiones de meditación. Con ellas podemos reprogramarnos o reafirmarnos, mientras practicamos algún pranayama que nos parezca el indicado para nuestra sesión de meditación, según la hora del día en la que meditemos.
Si lo hacemos en la mañana practiquemos la respiración solar, y si lo hacemos en la noche hagamos la respiración lunar. En nuestras afirmaciones, repitamos, por ejemplo, para nosotros mismos, el agradecimiento que sentimos por habernos mantenido sanos, y programémonos para mantenernos en esa condición.
Recordemos que cuando estamos completamente presentes, en el aquí y el ahora, no hay problemas. La ansiedad, la angustia y la depresión no sobreviven si estamos en estado de presencia.
Busquemos la paz y la calma dentro de nosotros, esto fortalecerá nuestra salud mental, y nos ayudará a manejar las situaciones nuevas y limitantes que puedan presentársenos.
24/05/2021 a las 13:27
La meditación es una forma de superar mi trastorno depresivo y ansioso la práctico no permanente .