Angustia, 5 métodos para manejar esta sensación negativa
La vida está llena de tristezas emocionales, angustia, contusiones, enfermedades y tensiones. Muchas veces es difícil de entender por qué experiencias como rechazo, pérdida y fracaso duelen tanto y cómo puedes superar los dolores psicológicos que pueden crear.
Todos podemos beneficiarnos de libros de autoayuda con una base empírica sólida que traduzca el lenguaje técnico en consejos prácticos.
Vamos a echar un vistazo a esas 5 fuentes de lesión emocional y examinar brevemente sus curas o antídotos:
El efecto venenoso de la culpa.
Rechazo, soledad y pérdida son experiencias dolorosas causadas, en parte, por nuestra necesidad de fuertes conexiones con los demás. En la culpa, eres esencialmente la fuente de tu propia infelicidad. La culpa puede ser adaptativa cuando muestra donde te alejaste de tu propia brújula moral.
Sin embargo, con la misma frecuencia, no es saludable. Hay tres tipos de culpa principalmente, la insalubre como no resuelta, sobreviviente y separación (o deslealtad). La culpa no resuelta se refiere a los sentimientos dejados atrás cuando no se te siente totalmente disculpado por un error cometido contra otra persona, aunque, de hecho, lo hayas cometido.
La culpa del sobreviviente ocurre cuando literalmente sobrevives en un caso en que podrías haber muerto fácilmente. En la culpa de la separación, sientes que no tienes derecho de buscar tu propia vida independiente y éxito, porque eso hace que otros parezcan fallos en comparación. Para superar la culpa, necesitas pedir disculpas (por la variedad no resuelta) o pedir disculpas y perdonarte a ti mismo (en la culpa de sobreviviente o de separación).
Después de perdonar, necesitas sentir que todo está bien, involucrarte de nuevo en tu vida y aprovechar el éxito con el que te sientes tan culpable. La gente que piensas que están siendo desleales pueden, para tu sorpresa, ser los primero en la fila para animarle.
Reflexiones depresivas
Pasar de nuevo y de nuevo por las experiencias desagradables y decepcionantes en tu vida, reales o imaginarias, perjudica su bienestar. Como una cicatriz que eliges repetidamente, ella dejará una marca permanente, a menos que aprendas a parar. La culpa no solo hace que revivas el dolor y la angustia de la experiencia inicial, pero también consume tus recursos cognitivos drenando tu energía mental y haciendo que pierdas el foco.
El primer paso para superar la culpa es percibir que otras personas no ven el mundo de la misma manera que tú ¿Cometiste un error? ¿Fallaste en un objetivo importante? ¿Caíste mientras caminaba por la calle? Las posibilidades son que seas más consciente de tus pequeños deslizamientos.
Después de percibir esto, tendrás menos posibilidades de reproducir el evento en tu mente. Si esto no funciona, puedes distraerte concentrándote en otra cosa.
Si estás intentando remover algún tipo de rabia, trata de darle un giro positivo. Cuando las personas provocan o intentan hacerte sentir inadecuado, reformula las cosas para ver sus golpes como combustible motivacional para tu propio perfeccionamiento personal.
El peligro de la baja autoestima para tu inmunidad emocional.
La baja autoestima puede ciertamente resultar de una serie de amenazas a tu salud emocional que ya hemos visto. Sin embargo, una vez que tu autoestima comienza a caer, se puede convertir en un proceso de auto-perpetuación. Comienzas a cuestionarte a ti mismo y tu valor, y luego estás cometiendo estos errores que seguramente temías que sucedieran.
Con baja autoestima aumenta tu vulnerabilidad a los comentarios críticos de otras personas (reales o imaginarios), te sientes responsable de las cosas malas en tu vida, observas tus fragilidades y no tendrás la autoeficacia necesaria para tener éxito en tareas importantes de la vida.
Debes tener compasión por ti mismo (y esas fragilidades) y hacer un catálogo mental de tus fortalezas. También puedes permitirte oír elogios por los comentarios bien intencionados que generalmente se hacen en vez de cuestionar su sinceridad. Finalmente, construye tus reservas mentales practicando la atención plena, ejercitando los “músculos” de fuerza de voluntad y aceptando el hecho de que existen lapsos y fallas ocasionales interfieren en tus esfuerzos más bien intencionados.
La angustia del fracaso.
Ya debes haber pasado horas pensando en un mismo tema. Cuando estás frustrado con tu capacidad de alcanzar una meta, tu autoestima está obligada a sufrir un impacto.
Sabemos que el rechazo puede causar grandes efectos negativos; en parte, el dolor que sientes en estas circunstancias puede ser atribuido a la pérdida, errores y rupturas. Busca el apoyo de las personas cercanas, que puedan ayudarte a obtener una perspectiva de la situación. Tal vez, puedan ayudarte a identificar que aunque hayas fallado en alguna área de tu vida, esto no significa que seas un completo y absoluto fracaso en todas las áreas de tu vida.
Hablando con otra persona, también puede ayudarte a tener la perspectiva que necesitas para poder encontrar el lado positivo en la experiencia. Otro tratamiento para superar los sentimientos de fracaso se aplica a situaciones que aún no han ocurrido pero dónde tienes miedo de que tus esfuerzos se vuelven insignificantes. Sustituir ansiedad, miedo y tristeza por el humor es otra excelente manera de lidiar con fracasos reales o imaginarios.
En ese sentido, imaginar tu propio fracaso puede ser una de las principales causas de la ansiedad.
Al final de cuentas…
El cambio emocional deriva de cambios en los pensamientos y el comportamiento. En vez de quedarte atascado en dudas emocionales, preocupación y tristeza, puedes tomar actitudes que te ayudarán a ver al mundo y a ti mismo de una forma más positiva. Cuando estas acciones no funcionan, tal vez sea el momento de consultar con un profesional.
Muchas de las bajas emocionales que las personas experimentan pueden ser tratadas con una o más estrategias simples del tipo “Hazlo tú mismo”. Después de descubrir qué tratamiento aplicar, los resultados pueden aumentar tu inmunidad y tu salud psicológica en los próximos años.