Nuestro mapa de sueños una herramienta para alcanzarlos
Tal como cuando éramos niños y pintábamos las cosas que nos imaginábamos, a cualquier edad podemos hacer nuestro mapa de sueños para visualizar las cosas que queremos alcanzar y ayudarnos a lograrlas.
El mapa de sueños es una herramienta creativa que facilita el logro de los objetivos y metas, que tengamos para un período de nuestra vida, gracias al poder de la visualización. Se trata de poner en claro, utilizando imágenes, palabras, frases o cualquier otro recurso representativo nuestros deseos más profundos.
Pueden emplease dibujos, recortes, fotografías, frases, imágenes en general. Estos elementos se colocarán en una cartulina o una pizarra o cartelera. Pero hacer esto tiene detrás todo un proceso creativo y divertido, que nos lleva a un ejercicio de reflexión. Como hemos dicho, este ejercicio nos ayuda a concientizar nuestros objetivos y a concentrar nuestra energía en ellos para alcanzarlos.
Antes de construir el mapa de sueños
Trabajar en nuestro mapa de sueños es una labor que requiere calma y dedicación. No se trata de pegar una imagen o hacer cualquier dibujo. Antes de iniciarlo debemos hacer un trabajo de introspección. Como paso previo a establecernos una meta, es recomendable mirar hacia dentro de nosotros. Debemos revisar en términos generales cómo nos sentimos con nosotros mismos, evaluar qué cosas consideramos que hemos hecho bien y cuáles podemos mejorar. También calibraremos qué peso estamos dando a los aspectos materiales en nuestra vida, a los aspectos espirituales, a los afectivos, y tratar de buscar un equilibrio.
Es importante recordar que nos sentimos plenos y en paz cuando vivimos en el aquí y el ahora, cuando logramos alcanzar el estado de presencia. Y es desde allí, sintiéndonos integrados al universo, desde donde podemos trabajar con nitidez y sin ansiedad nuestros deseos y objetivos, nuestro propósito de vida.
Visualizando tangibles e intangibles
Luego de ese ejercicio de introspección estaremos listos para definir qué es lo que consideramos más importante para nosotros y lo que queremos lograr en los próximos meses. Nuestro mapa de sueños será entonces una herramienta que nos ayudará a estar enfocados y a recordarnos permanentemente nuestras metas.
En nuestra lista de deseos y metas podemos combinar elementos tangibles e intangibles. Entre los tangibles pudiera estar, por ejemplo, comprar una casa, y entre los intangibles, lograr paz espiritual, por ejemplo.
Lo importante es que seamos capaces de visualizarlos en nuestra mente, y luego nuestro mapa de sueños se convierte en un recurso que nos los refresca y recuerda permanente y hace que nos enfoquemos en ellos. Es como una brújula que nos orienta.
Haciendo el mapa de sueños, paso a paso
Una vez que hayamos definido claramente nuestras metas, debemos buscar imágenes que muestren o representen esos objetivos que nos hemos trazado. Pueden ser fotografías que recortemos de una revista, o fotografías que tomemos nosotros mismos, o un dibujo que hagamos. Deben ser imágenes que despierten en nosotros sentimientos de alegría y bienestar. La tarea de buscarlas y seleccionarlas para integrarlas a nuestro tablero o mapa de sueños debe ser una labor placentera que nos haga conectarnos con nuestros sueños.
Luego pegaremos estas imágenes en una cartulina o en un corcho que utilicemos como cartelera. Decoraremos nuestro mapa además con detalles y elementos que nos gusten y nos hagan sentir bien. Pueden ser líneas u objetos de colores que tengan un efecto positivo sobre nosotros, frases de motivación, flores o cualquier otro objeto que nos reconforte. En el centro de nuestro mapa colocaremos una foto nuestra que nos muestre sonrientes, dispuestos a recibir todo lo bueno que el universo y la vida nos trae.
Luego deberemos colocar nuestro mapa en un lugar visible, donde podamos observarlo todos los días. Se recomienda visualizarlo al iniciar el día, para recibir ese mensaje que nosotros mismos hemos construido en él, cuando estamos descansados y frescos en la mañana. Ese es un buen momento agradecer por un nuevo día, por lo que tenemos y por todo lo bueno que recibimos y plantearnos qué haremos ese día por acercarnos a los logros que queremos obtener.
Luego al finalizar el día, es aconsejable situarnos frente a nuestro mapa de sueño, respirar profundamente y relajarnos, y empezar a disfrutar de las cosas que deseamos como si ya forman parte de nuestras vidas. Esto nos ayudará además a conciliar el sueño de manera placida y relajada, cargados de optimismo, y conectados con nuestros sueños, con fe y confianza.
¿Cómo distribuir el espacio en el mapa de sueños?
Podemos dividir en cuatro partes el espacio de nuestro mapa de sueños. Colocaremos del lado izquierdo de nuestra foto la representación de las metas o deseos espirituales, del lado derecho, la imagen de las metas materiales. Debajo de nuestra foto, colocaremos más cercana a ella las imágenes de las metas que tenemos a más corto plazo, y un poco más alejadas, las representaciones de los objetos o metas que tenemos más a mediano plazo.
Recordemos que debemos establecer un marco temporal para nuestro mapa de sueños. Por ejemplo podemos representar en él nuestras metas para un año. Podemos hacer una revisión de lo que hemos plasmado en él y lo que hemos logrado al cabo de seis meses, por ejemplo, y hacer ajustes en nuestro tablero.
En ese momento podemos retirar del mapa de sueños aquellos que ya se hayan cumplido. Se recomienda entonces guardar esos en una caja de gratitud. La gratitud y la fe son parte muy importante para el logro de nuestros objetivos.
Hagamos este hermoso ejercicio, que es de gran utilidad en nuestro proceso de autoconocimiento. Entreguémonos a él con alegría y creatividad y veremos que nuestro mapa de sueños es realmente una herramienta potenciadora de nuestros anhelos y metas, así como un lugar de encuentro con nosotros mismos en el aquí y el ahora.